El Consell ya ha puesto en marcha la Operación Eolo. Así ha bautizado el conseller insular de Patrimonio, Joan Marí Tur, al plan de reforma de los molinos del Pla de Sant Jordi en el que participan el Govern balear, el Consell Insular y el Ayuntamiento de Sant Josep.

En una primera fase, el Consell rehabilitará el molí d'en Jordi, situado junto a la carretera del aeropuerto, a través del Plan Leader de la Unión Europea. Luego, en una segunda fase, el presupuesto de la Conselleria d'Obres Públiques del Govern del año que viene contemplará una partida para la recuperación de tres molinos afectados inicialmente por el trazado de la autovía del aeropuerto. El conseller insular de Patrimoni, Joan Marí Tur, aseguró ayer a este periódico que el trazado de la vía se modificará para salvar estos elementos del patrimonio histórico y etnológico de la isla.

La Conselleria de Medi Ambient entra en la tercera y más importante parte de la Operación Eolo. El director general de Litoral, Ventura Blach, y Marí Tur, cerraron el jueves en la isla un acuerdo para que los próximos presupuestos del departamento de Medi Ambient del Ejecutivo autonómico establezcan una partida de 120.000 euros (20 millones de pesetas), y el compromiso de otros 120.000 euros en 2006, para la rehabilitación de ocho molinos más. El Consell destinará también a esta última fase del plan otros 240.000 euros de sus arcas.

Los molinos recuperarán su actividad de antaño con el objeto de producir energía eléctrica y satisfacer la demanda energética de sus propietarios. El excedente se suministrará a la compañía eléctrica Gesa. Marí Tur baraja la posibilidad, siempre y cuando los propietarios así lo aprueben, de crear una cooperativa que gestione los ingresos de la venta de energía que se destinarían a la reforma de otros molinos. Todos los elementos rehabilitados, según Marí Tur, se protegerán mediante la figura de Bien Catalogado (BC).

Las aspas de los molinos rehabilitados volverán a funcionar como antaño con la intención de que produzcan energía eléctrica. El mecanismo contará con un sistema de seguridad que frenará las aspas en caso de que se produzcan fuertes rachas de viento, evitando así su deterioro. Un anemómetro (instrumento que mide la velocidad e intensidad del viento) activará el dispositivo de seguridad en el caso de necesidad, que, a su vez, recogerá automáticamente la cola de las aspas. Antiguamente, recuerda Marí Tur, cuando se avecinaba un temporal, los payeses retiraban la cola con cadenas. «Ahora nadie tendrá que preocuparse porque el mecanismo se activará solo», explicó Marí Tur.