Los senderistas de la vuelta a Eivissa durante una parada técnica en Cala Llonga para disfrutar de un tentenpié. Fotos: GERMÃN G.LAMA
Un nuevo recorrido sorprendió a los más de 70 senderistas que se
sumaron a la segunda jornada de «Ibiza a pie».
La ruta comenzó en Santa Eulària pasando por el Puig de Missa y
continuó por Cala Llonga vía s'Estanyol hasta alcanzar Talamanca.
Dicho así suena fácil, pero los caminantes tuvieron que preparase
muy bien para las cinco horas de caminata entre montañas que
durante la mañana de ayer les llevó a descubrir nuevos rincones
naturales y calas escondidas de difícil acceso. Siempre basado en
el buen calzado, el tipo de senderismo que practicaron ayer tuvo un
par de únicas protagonistas por caminante: las botas.
«La gente se quedó sorprendida por el recorrido que hicimos, sobre
todo la gente de la isla que descubrió que existen calas muy
pequeñas y complejas que por estar escondidas no son fáciles de
visitar», comentó Bartolo Planells, organizador del evento.
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