Cada domingo, desde principios del mes de febrero, la iglesia de Santo Domingo alberga de 9,00 a 11,00 horas la misa cristiana ortodoxa a la que asisten alrededor de un centenar de rumanos residentes en Eivissa.
Esta parroquia comenzó a funcionar oficialmente el primero de julio a partir de una petición firmada por 300 rumanos creyentes, de los 1.000 que viven en la isla, después de dos meses de trámites legales con el obispado ortodoxo rumano para toda Europa occidental y meridional con residencia en París, y con la iglesia católica de Eivissa. «La iglesia es católica pero nosotros oficiamos allí la liturgia oriental del rito ortodoxo», explica el padre Miguel Semán, que desde que se hizo efectiva la parroquia ortodoxa oficia cada domingo la misa cantada con una duración de dos horas así como también las confesiones y atención a los inmigrantes rumanos cada sábado desde las 17,00 hasta las 20,00 horas en la misma iglesia. «Somos como dos hermanos que crecen y deciden irse de su casa», comentó Gregorio Boca, fiel practicante de su religión que reside en Eivissa junto a su familia desde hace tres años y uno de los principales impulsores de esta idea hecha ahora efectiva. «Somos la misma iglesia porque Jesucristo ha formado la iglesia cristiana con sus apóstoles que siguieron en todo el mundo. Esta iglesia fue una sola hasta el año 1054 momento en el que se separaron entre oriente y occidente. La primera quedó como iglesia ortodoxa y la segunda como católica», concluye Gregorio.

La iglesia cristiana de medio oriente, más conocida como Iglesia Ortodoxa, es también denominada erróneamente por muchos como Iglesia Griega porque esos fueron sus orígenes ya que nació en el seno del Imperio Bizantino. Sin embargo, en la actualidad, la iglesia ortodoxa se difunde a través de numerosos pueblos de Occidente y entre ellos se cuentan todas las naciones que emergieron después de la disolución de la Unión Soviética, como Rusia, Georgia, Ucrania (entre otros) y también los países de la Europa oriental como Bulgaria y Rumania, conformando una población de 150 millones de creyentes en todo el mundo.

Formar la parroquia ortodoxa en Eivissa fue idea de la comunidad rumana que solicitó un templo o un espacio en la isla para poder rezar. Sin embargo, la falta de un párroco residente hizo difícil el comienzo de este proyecto hasta que el obispo ortodoxo de París, Iosif, envió al sacerdote Miguel que llevaba un año y dos meses trabajando en la iglesia ortodoxa de Ciudad Real: «No intentamos construir una iglesia para nosotros, pero tenemos la parroquia y la iglesia de Santo Domingo para celebrar la misa. Esto hay que agradecérselo al padre Juan de Santo Domingo y al obispo Agustín Cortés Soriano», aseguró el párroco acerca de esta historia de religiones que ahora comienza en la isla y que durará «hasta que no haya inmigrantes rumanos aquí, que en la actualidad alcanzan más o menos las mil personas».
Además de la misa de cada domingo, el padre Miguel tiene en mente hacer talleres para los hijos de los inmigrantes para que aprendan acerca de su idioma, sus costumbres y la historia de su país. También ofician bodas, bautizos, comuniones «y todo lo referente a los siete sacramentos que compartimos con los católicos».. L.A.