El Instituto Balear de Saneamiento (Ibasan) y el Ayuntamiento de
Eivissa firmaron ayer un convenio para llevar a cabo un tratamiento
específico en las fosas sépticas del municipio con el objetivo de
reducir los malos olores del alcantarillado. La gerente del Ibasan,
Bàrbara Mestre, explicó que la medida consiste en emplear enzimas
biológicas en los pozos negros que «lo que hacen es comer la
materia orgánica» y, por tanto, reducir el nivel de sulfuros (los
causantes de los malos olores) del agua que llega a la depuradora y
que, según señaló, «ahora es casi intratable porque está muy
contaminada».
La actuación, que supone una inversión de 65.000 euros, se
inició el jueves y está previsto que se realice sólo en las fosas
sépticas de dominio público, aproximadamente 300, hasta el 30 de
septiembre.
Mestre destacó que es la primera vez que se actúa sobre la red
de alcantarillado directamente con este tratamiento «que
habitualmente se utiliza en pequeñas depuradoras rurales». La
gerente del Ibasan señaló que se trata de una medida provisional
para este verano ya que la solución definitiva a los malos olores
pasa por hacer desaparecer las cerca de 600 fosas sépticas que
todavía existen en el municipio, que son «un importante foco de
contaminación». Además del tratamiento, el Ibasan realizará un
seguimiento para constatar la efectividad del sistema. Esta medida,
que financia el Ejecutivo balear, se incluye dentro del protocolo
firmado entre el Govern, el Consell y el Ayuntamiento de Eivissa
para poder encontrar una solución a los problemas de la
depuradora.
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