La Conselleria balear de Salut i Consum y el Ayuntamiento de Eivissa ordenaron ayer de nuevo el cierre de la playa de ses Figueretes tras detectar un día más la presencia de materia orgánica en el agua. A partir de las 13'30 horas se empezaron a colocar las vallas en la orilla, en esta ocasión en las tres zonas que tiene la playa, para impedir que los bañistas se sumergieran en el agua.

El problema se detectó por la mañana al reanudarse las tareas de limpieza que se iniciaron el miércoles en la zona para retirar los residuos sólidos y que llevan a cabo personal de Cespa y dos embarcaciones de la conselleria balear de Medi Ambient, que el primer día recogieron 500 kilos de materia orgánica mezclada con otros elementos. Inmediatamente se desplazaron a la zona representantes del Ayuntamiento de Eivissa y del Govern y se tomaron otra vez muestras del agua, aunque todavía se desconocen los resultados de los primeros análisis. El concejal de Medio Ambiente, Juan Rubio, explicó que «por el olor y la transparencia» parece que el agua no está contaminada. Asimismo, señaló que «cada vez hay más dudas sobre el origen del problema» que en un principio se achacaba a los vertidos de un aliviadero de la red de alcantarillado a causa de una avería en la estación de bombeo de la zona. A parte de esta posibilidad se están estudiando diversas hipótesis como la de que los residuos sólidos procedieran de la limpieza de embarcaciones.

Responsables de la administración municipal, la Demarcación de Costas, Aqualia, y las consellerias de Medi Ambient y Salut se desplazaron ayer hasta la zona para controlar la situación. Está previsto que todas las partes implicadas se vuelvan a reunir mañana para analizar el origen de los vertidos y determinar si la playa continúa cerrada. Está previsto que en este encuentro esté presente el director general de Calidad Ambiental y Litoral del Govern, Ventura Blach, que ayer solicitó al Ayuntamiento de Eivissa información sobre las circunstancias que han podido provocar los vertidos.