Nadie esperaba que el viernes se echara tanta gente a la calle para gritar en contra de la política de carreteras del PP, ni siquiera la Plataforma antiautopista. Quizá esta movilización se recuerde, o no, como aquella que «paró las macroautopistas», tal y como dijeron el viernes los antiautopista.

Seguro, en cambio, que se rememorará como una de las manifestaciones que reunió a más gente en las calles de Eivissa, por detrás de las marchas de protesta convocadas en contra del atentado de Madrid del 11-M, el asesinato del concejal Miguel Àngel Blanco, la guerra de Irak y el campo de golf de Cala d'Hort. El día después de la manifestación contra los proyectos de autopista o autovía casi todo el mundo coincidió en que 9.000 personas son muchas para Eivissa, más aún en esta época del año, en plena temporada turística.

Difícilmente se volverá a repetir la masiva participación de la manifestación de repulsa al atentado terrorista de Madrid del pasado 11 de marzo. Un total de 42.000 personas, según la Policía Local, se echó a la calle para seguir una pancarta que portaban los principales líderes políticos de la isla. Esta manifestación pulverizó todos los récords. Nunca nadie había visto nada igual. Otro atentado terrorista movilizó a 20.000 personas aproximadamente en la isla. Eso sucedió el 14 de julio de 1997 con motivo del asesinato del concejal de Ermua Miguel Àngel Blanco perpetrado por la banda terrorista ETA.

La guerra de Irak también sacó a la calle a más gente de la que se esperaba. Un total de 15.000 personas clamaron «no a la guerra» el pasado 15 de febrero de 2003 en una jornada que se recordará, entre otras muchas cosas, por el frío y la lluvia. Todas estas movilizaciones, sin embargo, fueron por acontecimientos fuera del ámbito de las Pitiüses. Por ello, la movilización más simbólica que se recuerda en la isla fue la de enero de 1999 en contra del proyecto de construcción de un campo de golf de Cala d'Hort. Esa movilización, en la que participaron 11.000 personas, fue un golpe mortal para el gobierno del PP, que meses después cedía el poder por primera vez en 20 años a la nueva coalición de todos los partidos de la izquierda.