Estas exigencias son dos de las 16 alegaciones presentadas por
el Consell ante la Conselleria d'Obres Públiques del Govern balear.
Sobre la reducción del ancho de la carretera, el Consell también
pide la supresión del vial de servicio que transcurre paralelamente
a la curva que pasa por la parte sur del hipódromo puesto que,
según Matutes, la calle que atraviesa el interior de Sant Jordi ya
realiza esta función.
El Consell propone esta alegación con el objeto de «salvar» tres
molinos de agua afectados por el trazado de la carretera. En el
caso de que el Govern se niegue a eliminar el vial del servicio, el
gobierno insular propone que el trazado del tronco principal de la
vía se desvíe unos metros para evitar el derrumbe de los molinos.
También plantea que el proyecto incluya la rehabilitación de los
tres elementos patrimoniales.
Reclama, además, que el camino de la gamba roja, que une la
carretera a la altura del hipódromo con Platja d'en Bossa, pase por
encima de la carretera para evitar que quede cortado por la misma.
El boulevar de Platja d'en Bossa es otro de los asuntos que, según
el Consell, a propuesta del Ayuntamiento de Sant Josep, cabe
modificar. Concretamente solicita que el boulevar se prolongue
hasta el enlace del cruce de Platja d'en Bossa con el objeto de que
sirva realmente para descongestionar el tráfico de la autovía.
Para reducir el impacto visual y ambiental de la carretera, el
Consell plantea al Govern la adopción de medidas especiales de
protección ambiental en el tramo que va del aeropuerto hasta el
enlace de Platja d'en Bossa, que viene a ser la zona contigua al
parque natural. Propone, por ejemplo, que se forren de madera las
conducciones. Pide que los muros se revistan con pared de piedra
seca y que el riego de los jardines se realice con agua
depurada.
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