Con su reapertura, el Consistorio ha cumplido los plazos
establecidos para la rehabilitación de esta vía, una de las
principales arterias de la ciudad, que ha permanecido cerrada al
tráfico rodado desde septiembre de 2003 cuando se iniciaron los
trabajos.
El proyecto de modernización ha tenido un coste de 2.414.000
euros, que han sido financiados a través del Consorci 'Patrimoni de
la Humanitat'. El proyecto, redactado por el arquitecto Joan Roig,
ha incluido la renovación del saneamiento de alcantarillado y el
soterramiento de los contenedores de basura, así como la ampliación
de las aceras. En la acera norte se ha concentrado toda la
iluminación de la calle, mientras que ese espacio en la acera sur
se ha dedicado a carril bici. Según anunció el Ayuntamiento, a
partir de ahora se podrá estacionar sólo en uno de los dos lados de
la avenida.
La primera fase de la remodelación de esta vía comenzó con las
catas arqueológicas. Las obras de reforma propiamente dichas no se
iniciaron hasta diciembre y fueron paralizados durante la época
navideña.
La realización de estos trabajos ha acarreado muchas críticas y
polémicas como la que protagonizó la fundación Environment Versus
Pollution (EVP) y la asociación Ibiza Ecologic para protestar
contra la tala de los árboles de la avenida, que serán sustituidos
por nuevos ejemplares. Asimismo, el grupo municipal popular del
Ayuntamiento de Eivissa criticó en reiteradas ocasiones la lentitud
de los trabajos y la falta de medidas de seguridad. Las obras
también generaron múltiples protestas entre vecinos y comerciantes,
cuyas ventas, según aseguraron , se vieron seriamente afectadas por
la realización de los trabajos.
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