Familiar que reparte los pasteles y dulces con los que se amenizó la fiesta.

E n el segundo día de celebración de la Fiesta de la Primavera 2004 los residentes del Hospital Residència Assistida de Cas Serres celebraron con bailes y dulces el 25 Aniversario del Consell Insular d'Eivissa i Formentera.
En 1979 fue el año en el que Cas Serres pasó de depender de la Diputación Provincial al Consell Insular, adquiriendo así una mayor categoría sanitaria.
Contentos y con el estomago lleno, poco a poco, se iban animando a levantarse de sus asientos y ser los dueños de la pista de baile.
La señora Juana Obrador García no se iba a ir sin antes haber bailado un tango - le encantan los tangos- aunque su amigo Pepe García no le acompañase, no porque no quisiera o no le gustase bailar, sino porque su pierna se lo impedía. Se conocen porque él es cocinero de la residencia Reina Sofía y ella es una residente. Son muy amigos y aunque a sus años no es habitual que la gente tenga ganas de casarse, Juana confiesa que «igual me caso con él pero todavía no lo sé». Esta mujer que no tiene ningún reparo en decir su edad, tampoco tiene ningún reparo en seguir disfrutando de la vida; en su cara se puede ver la energía y la alegría con la que afronta la vida, sus ganas de vivir.
Rafaela Lara, que lleva siete años trabajando en el área de la limpieza del hospital, les ha cogido mucho cariño a todos los ancianos, «al principio no terminaba mi trabajo a tiempo porque siempre tienen una historia que contar, siempre quieren que se les escuche», y cuando alguien se muere «lo llego a pasar mal». Ella, que mantiene largas conversaciones con los ancianos reconoce que, «no todos los ancianos están tristes o viven su tercera edad con tristeza sino que es una cuestión del carácter de cada uno».
En aquel salón estaban presentes personas con deseos de contar sus historias, personas ansiosas de tener a alguien que les escuche, personas que se emocionan cuando cuentan experiencias vividas.
Y este es el caso de Francisco Ramón Prats, que desde hace un año, aproximadamente, acude al centro de día por trastornos de la memoria. Pero su memoria no le falla cuando tiene que recordar con el corazón. Se emociona cuando habla de la gran amistad que ha hecho con Margarita, una auxiliar, y de la que habla maravillas, «es una chica estupenda». Un familiar suyo explica que «como es muy mimoso y ella es muy cariñosa con él, la recuerda y la quiere mucho por eso». Al acto también asistieron los familiares, amigos e invitados de la Residencia Reina Sofía.
Mañana les espera un día más que movido con actuaciones realizadas por los mismos residentes, concurso de sombreros y un brindis con el ballet de Cas Serres.
C.Vázquez