El trazado de la nueva carretera de acceso al aeropuerto, presentado hace una semana, afecta de lleno a cuatro yacimientos arqueológicos y 14 valores etnológicos, entre casas payesas, molinos de agua y otros elementos tradicionales del campo en las Pitiüses. La memoria de evaluación de impacto ambiental de este proyecto, que ya ha salido a exposición pública, describe cada uno de estos bienes patrimoniales.

El primero de los yacimientos se encuentra en el punto kilométrico 4.600, en una zona de cultivo, donde se han recogido fragmentos cerámicos de la época púnica y romana. A la altura del cruce de Platja d'en Bossa (pk. 3,750) se localiza otra concentración de cerámica antigua, mayoritariamente de época púnica.

El tercer yacimiento se ubica en las proximidades del hipódromo de Sant Jordi por donde transcurrirá el nuevo trazado de la vía para rodearlo. Los restos hallados también se corresponden con la época púnica y romana. Por último, en el p.k. 1, en una zona de olivares se han recogido numerosos fragmentos de origen islámico, con indicios de que pudiera existir un asentamiento en los alrededores.

El estudio de impacto ambiental propone como medidas correctoras la realización de trabajos de delimitación arqueológica en las zonas afectadas, consistente en la excavación mecánica con seguimiento arqueológico de una serie de zanjas para determinar la existencia de alguna estructura o nivel arqueológico en el subsuelo, tal como se hizo en las obras de reforma de la Avenida de España, en el centro de Eivissa. Si el resultado de la búsqueda es positiva el estudio de impacto ambiental sólo dice que habrá que plantear una nueva fase de actuación consistente en la excavación arqueológica en extensión del yacimiento.

Las casas payesas de Can Torres d'es Pont, Can Calbet, s'Hort d'en Palerm, los corrales de Can Pere Arab y los molinos de agua de Can Casetes, Can Bonet y Villa Abel son algunos de los elementos patrimoniales afectados. Sólo los molinos de agua están protegidos mediante la figura de Bien Catalogado, aunque el expediente aún no ha sido aprobado definitivamente. Lo más curioso, es que la medida correctora propuesta se ciñe sólo a «la obtención de una documentación exhaustiva con fotos y planimetría».

El Pacte se teme que el gobierno insular, del PP, declare la caducidad del expediente de protección de todos los molinos de agua de la zona de Sant Jordi. El próximo día 23 se cumple el año de la apertura del expediente, por lo que el gobierno del PP podría a partir de entonces declarar su nulidad, tal como ya ha hecho recientemente con la urbanización de Can Pep Simó, el promontorio oriental de Puig d'es Molins y otros 12 valores patrimoniales. El derrumbe del safareig del molino de Villa Abel llevó a la entonces consellera insular de Cultura, Fanny Tur, a acelerar el proceso de protección de los molinos, pendiente aún de su aprobación definitiva. Tur recuerda que la ley de patrimonio permite que el Consell pueda paralizar toda obra que ponga en peligro cualquier valore etnológico, independientemente de que esté o no protegido.