Joan Carles Palerm, presidente del GEN, está convencido de que colectivos como el que preside son necesarios para preservar el medio ambiente.

E n la decimotercera edición de la celebración en Eivissa del Día de la Tierra, ¿cuál es el mensaje del GEN?
-No hay un mensaje específico. Cada año lo que sí hay es un comunicado conjunto que firmamos con Amics de la Terra en el que en esta ocasión mencionamos nuestra preocupación ante los cambios de los últimos meses en relación a los proyectos que se plantean en la isla. Y también la preocupación por la modificación de leyes que no van en la línea que creemos que se debería seguir para conseguir en un futuro una isla rentable en calidad para los que vivimos aquí y para mantenernos por delante en la industria turística.
-O sea, que la situación ahora es peor que en 2003...
-Sólo por los cambios que se produjeron respecto a la Ley de Acompañamientos de los presupuestos la situación es preocupante. Se ha eliminado para Pitiüses la protección que implicaba la Ley de espacios naturales. La posibilidad de legalizar viviendas ilegales a 500 metros de la costa por encima de 200 metros de altura sólo en Eivissa es una discriminación hacia nosotros. También nos han quitado un parque natural.
-Ante este panorama, ¿se desanima?
-Lo que está claro es que el futuro no puede dejarse en manos de los políticos. Ceden demasiado fácilmente a las presiones.
-¿En manos de quién debería estar el futuro?
-Es necesario que haya un contrapeso social. Organizaciones que intenten corregir los vaivenes que lleva el sistema. No puede ser normal que se pueda legalizar todo lo ilegalizable y no pase nada. Alguien tiene que decir que eso no es correcto.
-¿Qué otras carencias existen el las Pitiüses a nivel de medio ambiente?
-Hace falta que por parte de los ayuntamientos, que no acaban de creerse las posibilidades del reciclaje, se solucione el problema de los residuos peligrosos en Eivissa. Las radiografías, los líquidos de revelado de las empresas de fotografía, las baterías de los coches dan problemas y no hay gestores autorizados que los traten y desde la Administración tampoco se está intentando conseguir facilidades para la formación o desplazamiento de empresas que lo hagan. El agua es otra de las carencias: existe una sobreexplotación de los acuíferos y el intrusismo marino del agua de mar contamina y saliniza los pozos y terrenos. Es un problema más gordo de lo que se piensa.
Eva Estévez