Con cuatro años estrenó sus primeras zapatillas de ballet de las
que todavía conserva las puntas. Sus padres habían visto en aquella
niña ciertas aptitudes para el baile y la intuición, como se ha
demostrado con el paso de los años, no les falló.
A día de hoy Eva Redondo ha pisado casi todos los escenarios de
la isla, pero su carrera no se ha detenido ahí. Desde hace siete
años realiza giras por ciudades austríacas y alemanas junto a su
tío, el conocido guitarrista y compositor Paco Fernández. Fue
precisamente con él con quien a los 16 años comenzó, como se suele
decir en el argot de la profesión, a coger tablas. «Empezamos como
todo el mundo, actuando en los hoteles durante la temporada de
verano, pero hace unos años contactamos con un manager austríaco
que empezó a concertarnos las giras», explica. El próximo destino
será Colonia (Alemania). Esos viajes se convierten casi en
reuniones familiares cuando el hermano de Eva, el teclista Juanma
Redondo (componente del grupo Statuas d. Sal), y un primo de la
bailarina, también músico, se suman a la pareja.
«Aunque trabajo con mi tío cada uno mantiene su independencia
creativa, aportamos ideas pero respetamos lo que el otro opina»,
asegura. Con él ha vivido muchas experiencias, «como aquella
ocasión, en Portugal, en la que actuaba Simply Red y a continuación
salíamos nosotros al escenario».
Esta ibicenca a la que le falta poco para alcanzar la treintena
casi nunca rechaza un nuevo reto profesional. Por eso ha aceptado
participar, con una coreografía ideada por ella misma y con el
apoyo del bailarín Marco Antonio Torres, en la primera ópera
realizada en Eivissa, que se estrenará los días 24 y 25 de abril en
el Auditorio de Cas Serres. «Fue Adolfo Villalonga, director
musical de la ópera, el que me lo ofreció y desde el principio me
interesó -dice-; además quedé muy sorprendida cuando leí la
historia, más actual de lo que yo pensaba y por lo tanto más
cercana a mí».
Eva Redondo se considera bailarina en el más amplio sentido de
la palabra, aunque sea en el estilo clásico en el que más ha
profundizado. «El baile clásico es la base de todas las danzas,
aunque a mí me gusta fusionarlo». Esa es una de las muchas máximas
que intenta transmitirle a las alumnas que tiene a su cargo en el
Centro de Danza, academia dirigida por Marisol Roig-Francolí.
Nunca se ha arrepentido de no haber probado suerte en una gran
compañía. «Es algo que me pregunta mucha gente, pero para qué voy a
irme fuera si aquí ya puedo hacer lo que me gusta».
Ella se conforma con seguir mejorando, asumiendo nuevos retos
que la han llevado a participar también en la coreografía de la
pasarela Adlib y disfrutando de vez en cuando como mera
espectadora. Antonio Canales, Rafael Amargo y sobre todo, Joaquín
Cortés son algunos de los profesionales que le hacen vibrar sin
necesidad de calzarse las zapatillas de baile.
«El círculo vicioso» es el título de la ópera cuyo libreto ha
sido por el poeta y periodista Julio Herranz y que dirige el
compositor local Adolfo Villalonga. Además de la coreografía de Eva
Redondo la puesta en escena de esta obra que trata el tema del
sida, contará con un vestuario muy especial y colorista diseñado
por el diseñador argentino afincado en Eivissa, Rubén Perlotti
cuyos bocetos fueron publicados por Ultima Hora
Ibiza y Formentera hace un par de semanas. Sara
Yturriaga
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