La imagen muestra la fila que se formó a lo largo de la carretera de Sant Antoni. A 30 por hora el recorrido de ida y vuelta fue de hora y media.Foto: RAQUEL MARTÍNEZ

La Plataforma contra la autopista de Sant Antoni logró ayer «un éxito rotundo» al convocar a 200 vehículos a la caravana de protesta contra la ampliación de la carretera. Coches, bicicletas, motocicletas y hasta un quad salieron del bar «El Cruce» de Sant Rafel a las 11,20 en procesión hasta Sant Antoni, donde dieron la vuelta a la rotonda «del huevo» camino a Eivissa, donde llegaron hasta la rotonda de Juan XXIII. Allí retornaron hasta Sant Rafel, localidad a la que llegaron a las 12,50 horas. Durante todo el recorrido se pudieron ver decenas de pancartas y pintadas a ambos lados de la carretera con lemas en contra de la ampliación y, también, algún que otro «Sí a la autopista», aislado.

La caravana logró su objetivo, ralentizar el tráfico a modo de protesta. La velocidad de la marcha no superó los 40 kilómetros por hora y en ningún momento, salvo en las incorporaciones iniciales, se paró por completo la circulación. Los coches de la comitiva se fueron mezclando a lo largo del camino con vehículos de conductores que nada tenían que ver con la protesta. Algunos les apoyaron tocando el claxon y aplaudiendo, pero, otros, los que tenían prisa por motivos personales o laborales o simplemente no estaban de acuerdo con la causa, miraban con mala cara a los conductores de la Plataforma y les intentaban adelantar a la mínima oportunidad. Los organizadores pidieron disculpas públicamente a las personas que se pueden haber visto afectadas pero aseguraron que habían hecho un esfuerzo para no crear demasiados problemas.

Uno de los portavoces de la comitiva, Pep Marí, aseguró que se llegaron a formar caravanas de 6 kilómetros de largo en la carretera.

La ausencia de cualquier tipo de control o vigilancia por parte de las fuerzas del orden fue otro de los hechos llamativos de la marcha ya que anteayer, la directora insular de la Administración del Estado en las Pitiüses, Marienna Sánchez-Jáuregi, aseguró que habría un dispositivo de seguridad para evitar altercados y que disolverían la concentración en el caso de que la caravana colapsase la carretera. A lo largo de todo el recorrido sólo se vieron dos coches de la Guardia Civil circulando y sin prestar ninguna atención al discurso de la comitiva.

La Plataforma no solicitó permiso para realizar la marcha porque entendieron que era «legítima» porque no iban a obstruir el tráfico sino «simplemente a circular por la vía a modo de protesta».

La valoración de la organización fue «muy buena», según Pep Marí, que destacó que no había habido incidentes y añadió que esperan que tanto el Consell Insular, como el Govern y el gobierno central en funciones «tomen nota de la amplia oposición popular que hay contra este proyecto». «El gobierno en funciones -añadió- está firmando y enviando el convenio de carreteras cuando dentro de una semana ya no mandan», criticaron.

Los organizadores y los participantes, entusiasmados con la buena acogida de la iniciativa, evitaron hablar de retenciones, caos o atascos y reiteraron que era una «marcha lenta».