Esta afirmación del propio informe ha sido corroborada por
diversos arquitectos que han podido conocer el proyecto, al que han
calificado de pretender edificar una «caja rectángulo», «nave
industrial» o «cubo de hormigón», según diversos testimonios. Todos
coinciden , eso sí, en que no se ha tenido en cuenta para nada el
lugar en el que debe ubicarse el futuro hospital de Formentera.
En este sentido, el informe del Ib-Salut reconoce que el tipo de
construcción propuesto, «agresivo» y «poco respetuoso con el
entorno» por su importante impacto visual, algo que que «podría ser
justificable si nos encontrásemos en un entorno agresivo para el
edificio, pero la realidad del emplazamiento es justo la contraria,
marcado por la agradable presencia del sabinar y por la
tranquilidad del emplazamiento, deprimido topográficamente y
alejado de la carretera y con vistas lejanas a s'Estany
Pudent».
Por el contrario, proyectos que han quedado en segundo y en
tercer lugar merecen todos los beneplácitos en materia de
integración paisajística, ya que se explicita de una de ellas
«propuesta con muy buena implantación en el terreno, resultado de
un análisis minucioso de los condicionantes del solar, de las
vistas, accesos, protección del sabinar (...). Se cumple la premisa
principal de conseguir la máxima adaptación al terreno y minimizar
el impacto visual, ubicando el edificio de manera que sólo se
perciba una planta desde la carretera y desde s'Estany Pudent».
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