Las tiendas de ropa habían colgado ayer los carteles de rebajas que, en muchos casos, alcanzaban el 50%.

Antonio salió ayer de compras con un amigo y volvió a casa con todo un conjunto nuevo. «Me he comprado unos pantalones, una chaqueta, unos zapatos y una camiseta -explicaba- era lo que venía buscando y por primera vez he conseguido esperar a las rebajas para comprármelo». Como Antonio, otros muchos residentes en Eivissa salieron ayer a la calle para «dejar temblando la tarjeta de crédito», como comentaba uno de los compradores.
Las rebajas de invierno comenzaron ayer en el resto de comunidades que todavía no habían colgado los carteles anunciando los descuentos. Balears fue una de ellas y, aunque en las Pitiüses no se viven con la misma intensidad que en las grandes ciudades, sí es cierto que ayer se respiraba en la calle un discreto ambiente de consumismo compulsivo. Gente cargada con bolsas de distintas marcas, colas en algunos comercios (principalmente en Kyddy's Class, Pull and Bear y Stradivarius, del grupo gallego Inditex) y estanterías revueltas fueron algunas de las características de la jornada de ayer.

La mayoría de los consumidores se habían marcado un presupuesto para limitar el gasto. «Hasta el momento me he comprado una chaqueta, una camiseta, un pantalón y un jersey, pero no me quiero gastar más de 80 euros», contaba Chaima, quien cargada de bolsas de Mango Outlet se disponía a continuar el itinerario acompañada de Jadiya. Ambas reconocían que siempre esperan a comprarse ropa en estas fechas y que incluso habían ahorrado para ello.
En las tiendas se mantenía la misma plantilla y lo único que había cambiado eran los precios y, en algunos casos, la distribución de la mercancia. Las dependientas hacían todo lo posible para mantener el ritmo y algunas como Ana, encargada de Oddyty, se quejaban de que cada vez se respetan menos las rebajas. «Muchos empiezan poniendo directamente el 50% o con promociones en noviembre, y así acostumbras mal al cliente», apuntaba.