Christian Moreda y Perla son inseparables, ambos se ayudan mutuamente. Foto: K. TABERNER

La Fundación Bocalán se encargó de unirlos y ahora Perla y Christian Moreda son inseparables. Con 12 años, Christian lleva toda su vida conviviendo con su discapacidad (causada por la denominada espina bífida), pero desde hace dos años una preciosa perra labrador le acompaña a todas horas y ha conseguido mejorar considerablemente su calidad de vida. Ambos viajaron desde Getafe (Madrid) para participar en la IX y X Prueba de Agility Illa Blanca, con una demostración de lo que Perla es capaz de hacer una vez entrenada para ello. Encender el interruptor de la luz, abrirle los cajones o llevarle los calcetines son algunas de las actividades que realiza por Christian a diario; pero eso es sólo una ínfima parte de lo que la compañía del animal supone para él. «El perro es un gran apoyo psicológico para estas personas porque además no sólo se trata de que el animal haga cosas por la persona, sino que el discapacitado tiene que responsabilizarse y ocuparse de todo lo que conlleva cuidar a un perro», explica Sol Marco, vicepresidenta de la Fundación Bocalán.
Perla fue escogida como la perra más adecuada para Christian. «Se la dimos con un año, cuando era muy juguetona, y como él tenía nueve, los dos congeniaban muy bien», recuerda Sol. «Ella siempre me acompaña a todos los sitios y se porta bien, aunque a veces la regaño», explica Christian, quien enseguida busca con la mirada a su perra para mostrarla orgulloso.
La Fundación Bocalán trabaja desde hace cuatro años entrenando perros para personas en silla de ruedas, para sordos y proyectan terapias asistidas con animales para enfermos psíquicos. «Estos perros tienen un grado de obediencia muy alto tanto en casa como en lugares públicos y después se les enseña a abrir puertas, recoger objetos del suelo y encender luz, además de ejercicios específicos para cada persona», explica Sol Marco. S.Y.