El Consell Insular aprobó ayer en pleno con el voto en contra del
Pacte los presupuestos de 2004, que ascienden a 63 millones de
euros, lo que supone una subida del 52 por ciento con respecto a
los de 2002, y un aumento del 100 por cien en la capacidad de
inversión, que asciende a 20 millones. Los progresistas se
mostraron muy críticos con las primeras cuentas de la legislatura
del PP, a las que tacharon, entre otras cosas, de «antisociales,
irreales e infantiles».
Por su parte, la consellera insular de Hisenda, Vies i Obres,
Stella Matutes, calificó los presupuestos de 2004 de «austeros,
ambiciosos y eficaces», destacando por encima de todo la
espectacular subida de las aportaciones del Govern balear y el
Gobierno central, y la bajada de los ingresos por impuestos
directos.
La oposición, para empezar, reprochó al equipo de gobierno la
falta de transparencia y las «irregularidades» cometidas en los
trámites previos a la aprobación de los presupuestos. El presidente
del Consell, Pere Palau, que fue acusado por los progresistas de
aplicar una política «autoritaria y actuar con ganas de revancha»,
defendió la legalidad de las cuentas amparándose en un informe
jurídico.
Si el PP elogió la austeridad de los presupuestos, con una
contención de gasto corriente, el Pacte criticó todo lo contrario.
Boned desgranó las cifras para demostrar que realmente el PP, en
cifras absolutas, destinará más dinero a gasto corriente que el
Pacte en 2002. «Si tenemos muchas inversiones, hay que contemplar
también más gasto para mantenimiento», justificó Matutes, que acusó
a Boned de tergiversar los números porque, a su entender, hay que
comparar la proporción del gasto corriente con relación al total
del presupuesto. Las cuentas de 2004 destinan el 13,5 por ciento
del total a gasto corriente, mientras que el Pacte en 2002 usó el
16 por ciento.
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