«Que no se les llene la boca de pastillas a los afectados, sino que se les deje hablar». Esta es la petición lanzada ayer por la Asociación Pitiusa de Familiares de Enfermos Mentales (Apfem), que ha pedido la comprensión de los especialistas a la hora de abordar el tratamiento con los pacientes.

El colectivo dio a conocer ayer, con ejemplos de pacientes, las actuales carencias del servicio donde destacan la ausencia de atención domiciliaria y equipos de atención ambulatoria; la falta de coordinación entre los diferentes recursos que atienden a las personas con trastornos mentales; la falta de recursos alternativos a la hospitalización; prevención; y de criterios unificados para la prescripción de servicios. El colectivo dio a conocer el caso de una adolescente que hizo una tentativa de suicidio por lo que fue hospitalizada. «Al darle el alta, se le cita a consulta para el seguimiento y evolución con fecha a dos meses. La familia, angustiada, pide consulta a un psiquiatra privado», relatan.

Además de la falta de recursos profesionales, el colectivo cree que el problema reside en «la concepción que se tiene del tipo de atención ofrecida a los pacientes, la forma que se utilizan los recursos y su coordinación deficiente o inexistente». Además, opinan que la atención psicoterapéutica de pacientes y familias «sigue siendo muy escasa y limitada».

Maruja Roselló, vicepresidenta de la asociación, pidió ayer comprensión para los enfermos: «La familia no sabe lo que está ocurriendo cuando ve que uno de sus miembros interpreta los hechos de manera diferente y altera su comportamiento. Reacciona, por desconocimiento de la enfermedad, de manera inapropiada. Falta comprensión en el ámbito familiar, social y sanitario. Eso es de lo que nos quejamos. Hacemos una bandera para la comprensión. Nos resistimos a que sean pacientes crónicos».