Todavía nos faltan unos 6.000 vinilos que tenemos que pasar a CD, pero de éstos conseguiremos salvar menos de la mitad», explica Juan Tur, director de Radio Exit.

Con mucha paciencia y grandes dosis de delicadeza Juan Tur aprovecha sus ratos libres para transformar viejos éxitos de vinilo en CD's. «Primero hay que limpiarlo, con mistol por ejemplo y debajo del grifo, lo secas cuidadosamente y luego se pasan a plato; allí ya utilizamos el sistema wav, lo grabamos, y los pasamos a MP3», explica. Un proceso que puede parecer sencillo pero que está lleno de imprevistos que pueden complicar el trabajo. « Ocurre a menudo que en algún momento el disco salta y hay que comenzar de nuevo desde el principio -comenta-; otras veces es necesario poner un peso en la cápsula para evitar esos saltos».

Altruismo musical
«Lo más bonito de todo este trabajo es que muchos discos nos lo trae la gente de la calle y nos los dejan. Todo empieza porque te llaman al programa para pedirte una canción y si les dices que no la tienes ellos se ofrecen a traerte ése y otros discos que nosotros podemos pasar a CD y así evitar que se pierdan».

Gracias a todas esas donaciones de los oyentes, a los préstamos de los coleccionistas privados y a un intercambio que la radio mantiene con la tienda Delta Discos, la discoteca está formada actualmente por 8.000 discos; aunque, según Juan Tur, pueden llegar a ampliarla mucho más gracias a la colaboración de la gente.

En Radio Exit, proyecto que nació hace ahora poco más de un año, suenan habitualmente éxitos y clásicos musicales que forman parte de la memoria de muchas generaciones. «Tenemos pequeños tesoros como un disco de Diana Ross & The Supremes, de 1969, en el que es muy divertido ver la imagen que tenía la famosa cantante; también la única canción que cantó Steve Wonder en castellano», enumera Juan Tur con orgullo señalando un armario repleto de viejos discos.

Algunos de los ejemplares llegan a la radio en muy mal estado y con ellos ni siquiera se llega a iniciar el proceso de transformación porque no merece la pena, pero otros son verdaderas piezas de coleccionista de hace más de cuarenta años. Este trabajo se convierte casi siempre en un gran placer para alguien a quien le apasiona la música, como ocurre en el caso de Juan Tur. «Muchas veces salimos de aquí a las tantas de la madrugada porque nos ponemos a trabajar con los discos y no nos damos cuenta de cómo pasa el tiempo », confiesa Tur.

Sara Yturriaga