Los certámenes de belleza siempre dan que hablar. Anécdotas, curiosidades, penas, alegrías, envidias, compañerismo... Una leyenda negra que arrastran sin quererlo. Pero no todo es así, en estos concursos también hay experiencias enriquecedoras, amistad, diversión y muchas risas.
El certamen de Miss Baleares que se celebró el fin de semana pasado también dio de sí. Emma Torres y Shanti Paglilla, dos de las candidatas ibicencas relatan esta curiosa experiencia.
El gran día de la gala comenzó a las nueve de la mañana. «Nos levantamos super cansadas porque nos habíamos acostado a las cuatro y pico. Normalmente, antes de la gala final hay un día, que no es de descanso total, pero ayuda. En esta ocasión ha sido todo muy seguido. Nos levantamos, una ducha corriendo y a desayunar», explica Emma. «El desayuno estaba fenomenal, había fruta, embutido, pasteles, cereales comida caliente e incluso una zona con comida dietética. Yo me quedé muy sorprendida. En el hotel nos han tratado muy bien», comenta Shanti.
Inmediatamente después del desayuno llegó la hora del ensayo general. Prisas, nervios y un poco de desorganización. «Supuestamente empezábamos a ensayar a las once, pero hasta la una y media nos tuvieron esperando porque todo lo que había previsto iba con retraso. La organización no ha sido muy buena. Sólo pudimos ensayar una vez, luego nos tuvimos que ir corriendo a comer y a prepararnos», dicen las dos. En la comida del sábado estuvieron presentes Miss España, de la que las chicas comentan que es realmente guapa, y Oscar Martínez, presentador de la gala. Después, uno de los momentos en los que más disfrutaban. «Nos fuimos al cuarto a cotillear. Siempre teníamos muchas cosas que contarnos», afirman riendo. «El presentador, Oscar Martínez, fue majísimo con nosotras, nos estuvo animando todo el rato e incluso en la gala nos presentó como 'un grupo de chicas espectaculares'».
A las seis y media comenzaron los preparativos. Vestidos, maquillaje, peluquería... todo un ritual de trucos caseros y personales, para estar impresionantes en la gala final. Ya en el Festival Park, comenzó la recta final. «Nada más llegar, dejamos los vestidos y nos fuimos a cenar. Nos hizo mucha gracia lo de la cena, porque nos dieron unos tickets para el Mc Donalds dónde había unas ciento y pico personas esperando también por su cena. Claro, nosotras teníamos una hora escasa para comer y tuvimos que ir a un bar de al lado que estaba casi igual de lleno. Al final, comimos fatal y muchas chicas se quedaron sin cenar. La organización de nuevo muy mala», comentan las dos recordando el momento.
La noche estuvo amenizada además por una espectacular tormenta que hizo peligrar todo el montaje. «Hubo que cortar la gala varias veces. Se fueron las luces, la pantalla, el sonido... Estuvieron a punto de suspenderlo», recuerdan Emma y Shanti.
Pero el balance de este año no fue positivo. Han vivido una experiencia interesante, pero el certamen en general no ha estado tan bien. «Yo creí que íbamos a ganar algo, pero el primer día, nada más llegar nos dimos cuenta de que la suerte ya estaba echada y no había nada que hacer. Es el certamen que más me ha decepcionado», concluye Emma.
S. M. Debelius