José Rojo y Raúl Blázquez, dos amigos inseparables dentro y fuera de los ruedos. Foto: MARCO TORRES

E n los ambientes taurinos el nombre de Raúl Blázquez tiene peso y prestigio junto al de sus hermanos Víctor Manuel y Luis, éste último banderillero de figuras tan conocidas como Finito de Córdoba o Miguel Báez, El Litri. Este joven matador de toros de 25 años de edad que ejerce como tal de manera profesional desde hace 10 años descansa en Eivissa desde el pasado lunes. «Es la primera vez que viajo a la isla y es maravillosa», apunta el diestro en compañía de su anfitrión, José Rojo, un gran aficionado al mundo de los toros que ha seguido la trayectoria de Raúl y sus hermanos mayores desde sus comienzos. «Para mí los Rojo forman parte de mi familia y tanto mis hermanos como yo los queremos muchísimo», afirma Raúl al comienzo de la entrevista.
«Mi próximo compromiso con los ruedos será el día 15 de agosto en Ciudad Real pero sólo me he cogido cinco días de descanso porque no puedo despistarme», dice antes de señalar que cada día corre una media de 10 kilómetros, en este caso recorriendo Platja d'en Bossa hasta la Sal Rosa varias veces.
«Prefiero la arena de las plazas de toros a la de las playas, pero reconozco que de vez en cuando es necesario relajarse y disfrutar de un tiempo de descanso, y máximo en una profesión como la del toreo, donde es mucha la presión que se tiene», señala este joven diestro que además de torear en España ya sabe lo que es la aventura americana: ha toreado en México, Ecuador y California.
«Para ser un buen torero es necesaria mucha dedicación, constancia y valía, porque sin valor es imposible poder hacer frente a un toro en una corrida», revela Raúl Blázquez antes de confesar que los nervios siempre le acompañan antes de una corrida porque cada tarde es distinta.
«Nunca he cogido a un toro por los cuernos pero los he tocado alguna vez», bromea antes de señalar que aspira a torear y salir por la puerta grande de la Monumental de México y de la Maestranza de Sevilla.
E.Estévez