Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en la isla de Eivissa
supera la media nacional. Cada habitante de la isla genera cada año
7 toneladas de este gas, cuando la media nacional está en 6,8. En
total, las emisiones de CO alcanzan un valor de 666.485 toneladas
al año, lo que representa el 96,3 por ciento del total emitido en
las Pitiüses, según consta en la auditoría ambiental realizada por
la Unión Temporal de Empresas (UTE) Minuartia y Duna Baleares y
entregada al Consell Insular en junio.
Los bosques de la isla, que abarcan una superficie de 17.800
hectáreas, sólo pueden absorber el 18 por ciento de todo el gas que
se despide a la atmósfera en la isla. El estudio ambiental apunta
que para asimilar todas las emisiones de la isla (666.485
toneladas) serían necesarias 100.000 hectáreas más de masa arbórea
(dos veces la supericie de la isla). A nivel local, según consta en
el estudio ambiental, la producción del gas no produce ningún
problema. No obstante, el aumento de la temperatura del planeta va
asociado a la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera,
lo que se conoce como efecto invernadero.
La presión del tráfico de vehículos es uno de los factores que
contribuyen notablemente a la emisión de gases contaminantes a la
atmósfera. El 31,9 por ciento de emisiones de CO en las Pitiüses se
atribuye a la circulación, según los datos relativos a 2001.
El 5,2 por ciento del dióxido de carbono lo despiden las
industrias. Según la dirección general de Qualitat Ambiental del
Govern en la isla existen 23 instalaciones incluidas en el catálogo
de actividades potencialmente contaminantes, que se concentran en
Eivissa ciudad como la central térmica de Gesa. Las emisiones de la
central térmica se controlan con mediciones periódicas de las
chimeneas por la sección de Energía y Contaminación Atmosférica de
la Conselleria de Medi Ambient.
Por otro lado, la Agencia de Energía de las Pitiüses, puesta en
marcha por el gobierno del Pacte en 2001, ha instalado en dos años
sistemas fotovoltaicos para generar electricidad a partir de la
energía del sol en la sede del Consell Insular, el edificio
polivalente de Cas Serres, el Instituto de Sant Francesc y las
guarderías de Cas Serres y Santa Eulària. Esta producción de
energía limpia permite ahorrar un total de 23.170 kilos de
emisiones de dióxido de carbono. Desde 1992 el Consell también
ofrece cada año subvenciones para la instalación de estos sistemas
ecológicos de producción eléctrica, así como para la instalación de
equipos de energía solar térmica de agua caliente sanitaria para
uso doméstico.
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