20/07/03 0:00
S. M. DEBELIUS
Lo que pretende Kim Howells, responsable gubernamental del turismo
en el Reino Unido, no es otra cosa que relanzar el mercado interior
británico. Para ello, no ha dudado en pedirles a los ingleses que
imiten a los alemanes, e incluso se ha atrevido a insinuarles que
cambien «lugares como Eivissa» por el norte de Escocia. De
conseguirlo, sería un auténtico problema para destinos clásicos,
como el de Eivissa, ya que no en vano aquel es el primer mercado
emisor de turistas hacia las Pitiüses. Una sola frase ha acabado
con dos de los pasatiempos nacionales favoritos de los ingleses,
ridiculizar a los alemanes y los chistes sobre el bronceado
bermellón de los que viajan a la costa mediterránea.
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