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«Este impuesto estaba muy mal enfocado, es demasiado evidente y la forma de presentarlo es como morder la mano que te da de comer». Así de contundente mostraba Carlos, un turista madrileño, su opinión sobre la ecotasa en la recepción del Montesol. Asegura que en su caso y en el de otros están esperando a que el Govern elimine el impuesto.

Son muchos los turistas, principalmente españoles, que llegan a las islas pensando que en Eivissa se ha suprimido ya la ecotasa. Al menos así lo han constatado en las recepciones de los hoteles consultados. Han leído en los medios de comunicación que la eliminación de la ecotasa va a ser la primera medida del Govern y creen que ha sido instantánea.

El directo del Royal Plaza, José Colomar, no comparte esta idea. Dice que sus clientes saben leer y que conocen que la supresión es un anuncio pero no una realidad. «Desde el primer día todos los clientes de este hotel han pagado el impuesto», recalca. Los españoles son los más informados sobre la evolución de la tasa, pero los turistas de otras nacionalidades no vienen con una idea preconcebida. Para Colomar los clientes de los hoteles de más categoría son los que menos se quejan por la tardanza en su eliminación. «No es lo mismo pagar 25.000 pesetas por una habitación y que te cobren un euro, que pagar 3.000 y que también lo cobren», ejemplifica Colomar.

Lo cierto es que la ecotasa a estas alturas tiene los días, quizá los meses (por el trámite administrativo que supone) contados. El Consell de Govern de Balears aprobó anteayer el proyecto de ley de eliminación de la ecotasa que se tramitará en el Parlamento por el procedimiento de urgencia y que podría aprobarse en sesión plenaria en la segunda quincena de octubre.

El impuesto sobre las estancias en empresas turísticas de alojamiento de Balears empezó a cobrarse en mayo de 2002 y grava con una media de un euro diario por cada turista mayor de 12 años alojado en los establecimientos turísticos de las islas. La ley que regula la ecotasa considera a las empresas turísticas como sustitutos del contribuyente obligados a cumplir la norma, y les permite elegir entre dos fórmulas de pago: mediante la inclusión de la tasa en cada factura o por un sistema de módulos que fije una cantidad anual global en función de la media de pernoctaciones previstas.

La supresión de este impuesto no significará la pérdida de recursos para las inversiones medioambientales, pues el nuevo Ejecutivo balear creará un nuevo fondo con este objetivo, que se nutrirá de dinero público y, complementariamente, privado.