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Cala Llonga es, sin duda, una de las playas más frecuentadas del término municipal de Santa Eulària. Resulta un lugar práctico y accesible al que se apuntan cientos de bañistas, la inmensa mayoría de nacionalidad inglesa y alemana, alojados en los distintos hoteles y bloques de apartamentos situados alrededor del mar. Este enclave turístico condecorado con la bandera azul, consta de un arenal de 200 metros de longitud y una anchura superior a los 100 metros donde, los más cómodos, pueden reservar hamaca con su correspondiente sombrilla, o bien optar por estirar su toalla en la arena. En este último caso el que elija por tumbarse sobre la blanca arena de Cala Llonga tendrá que hacerlo alejado de la orilla, ya que esta zona la encontrará copada por decenas de hamacas.

Con un paseo marítimo y dos parques infantiles sobre la arena para los más pequeños, esta playa cuenta con múltiples servicios: desde una consulta médica privada a numerosos restaurantes, chiringuitos, duchas, tiendas de souvenirs, oficina de información turística y supermercados en los que se pueden encontrar todos los equipamientos necesarios para ir a la playa.

Cada jueves por la tarde se desarrolla un mercadillo hippie con artesanía, ropa y todo tipo de artículos que cuenta con gran número de visitantes. De un pequeño muelle en su extremo izquierdo parten servicios de transporte marítimo en dirección a Santa Eulària, es Caná y Formentera. Pero si el turista prefiere la carretera, puede optar por utilizar las líneas de autobuses que paran en el centro de la localidad y acercan a sus pasajeros hasta Santa Eulària o Eivissa.

A pesar del gran número de usuarios que diariamente visitan Cala Llonga y de los complejos hoteleros que la presiden, esta playa continúa atrayendo a miles de bañistas gracias a sus aguas cristalinas y a la poca profundidad de sus fondos que la hace ideal para los más pequeños, sin duda los protagonistas de esta playa típicamente turística situada a tan sólo 4 kilómetros de Santa Eulària.