Convertidos en estrellas de rock, con las guitarras, el torso desnudo y las gafas de sol, los alumnos más pequeños ofrecieron a los padres asistentes un divertido número musical que sirvió de apertura de la fiesta de fin de curso celebrada ayer por la tarde en el Colegio Europeo Can Blau, en la localidad de Sant Agustí. Alumnos de entre tres y trece años habían organizado, con la ayuda de los profesores, una fiesta que este año ha sido bautizada con el nombre de 'Kinder Art', que se traduce como 'arte infantil'. El patio acogió diferentes puestos construidos por los propios niños y en ellos se podían comprar galletas artesanales en forma de corazón con mensajes escritos, lanzar aros, comprar chucherías o jugar a lanzar pelotas para derrumbar una pirámide latas en las que aparecían los rostros de los profesores.

Los niños dieron rienda suelta a su creatividad hasta en el programa, realizado por ellos mismos a base de dibujos que representaban los diferentes números. Los alumnos y visitantes también podían montar sobre un bonito caballo de madera, tomar un refresco, o llevarse una fotografía de recuerdo. Las cámaras de vídeo o de fotografía predominaban entre los progenitores.

S.Y.