Jorge, Silvia, Mónica y Patricia, al igual que la gran mayoría de los alumnos de 1º y 2º de Primaria de la Consolación de Eivissa, descubrieron ayer las formas y peculiaridades de las plantas de las que nacen los deliciosos y dulces frutos con los que hacen frente a las altas temperaturas del verano, sandías y melones, así como las tomateras y patatales de las que salen ingredientes básicos de su dieta habitual. Acompañados por cinco profesores del centro, los escolares, a punto de finalizar el curso, se encontraron con Daniel Criado, gerente de la cooperativa Agroeivissa, y José Mayans, encargado de las fincas del mismo colectivo que les guiaron hasta la explotación de hortículas de Antoni Ferrer en Sant Carles conocida como Can Pere de Sa Caseta; 5 hectáreas de terreno del que actualmente se extraen miles de kilos de tomates, sandías y melones cada día para abastecer a Agroeivissa, una cooperativa que surte de productos de la tierra a numerosos mercados y hoteles de las Pitiüses.

El itinerario de la visita transcurrió sobre los terrenos dedicados a la la recolección de sandías donde los jóvenes estudiantes corearon a la vez su deseo de probar la sandía, petición que fue cumplica ya que Antoni Ferrer abrió varias piezas de esta deliciosa fruta para repartir entre los escolares. La visita de ayer incluyó también la visita a la finca Can Sord,propiedad de Vicente Sord dedicada a la obtención de cítricos y frutas como naranjas y limones y melocotones y nectarinas. En esta explotación los niños conocieron las otras familias de plantas de explotaciones agrícolas y los árboles de los que nacen cada tipo de frutas.

La visita transcurrió con tranquilidad y mucha curiosidad por parte de los escolares que aprovecharon su estancia en las instalaciones de Can Pere de Sa Caseta para conocer de cerca a algunos de sus moradores: los caballos Alí, Nipa y Barroco, las gallinas del corral, los cerdos y las ovejas y cabras de la explotación. La anécdota de estas visitas la puso el olor de las cuadras de los gorrinos a las que entraron los pequeños con la nariz tapada para no ser víctimas de los malos olores.


E.E.