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El portavoz de la plataforma de vecinos en contra de la sala de fiestas La Diosa de Ibiza, Roberto Vidal, afirmó ayer que «la agrupación confía en que las modificaciones sufridas por el local para adaptarlo a su nueva faceta de macrodiscoteca puedan justificar la revisión por parte del Ayuntamiento de una licencia que se concedió en 1971 y se renovó en 1989». Asimismo, explicó que actualmente el local dispone de permiso para desarrollar las actividades de restaurante y sala de fiestas en 200 metros cuadrados y con un aforo de 150 personas y aseguró que «los vecinos pondrán el caso en manos de un abogado y emprenderán medidas legales si es necesario para evitar la apertura del establecimiento».

Precisamente, según señaló Vidal, el pasado domingo la población de Santa Gertrudis respondió de forma masiva para mostrar su rechazo a que se instale en la zona el polémico local. El portavoz afirmó que cerca de quinientas personas asistieron a la reunión informativa organizada por la agrupación. «Los vecinos de Santa Gertrudis están muy sensibilizados y consideran que esta sala de fiestas es una agresión contra la tranquilidad del pueblo», apuntó.

Los ruidos y los problemas de tráfico que puede acarrear la puesta en marcha de este negocio son los asuntos que más preocupan a la plataforma.