L.F.A.12/06/03 0:00
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El secretario de acción sindical de USO nacional, José Díaz, visitó ayer las Pitiüses, un gesto con el que quiso dar «todo su apoyo» a la sección ibicenca del sindicato. Díaz denunció que en Eivissa son frecuentes las prácticas irregulares en los contratos, de forma que los grandes grupos empresariales «contrata al trabajador cada año en un hotel diferente de entre los que posee, de forma que nunca logre el derecho a un contrato fijo por antigüedad». La temporalidad, que ya es «demasiado habitual» se ve potenciada por este tipo de prácticas.

Por su parte su homónimo en Balears, David Díaz, recordó que hay dos convenios importantes abiertos; el de trabajadores del metal (unos 500 en Eivissa) y de comercio (que emplea a miles de trabajadores, como segunda fuente de ingresos después de la hostelería).

El convenio de comercio lleva dos meses sobre la mesa. Los sindicatos reclaman para los trabajadores un incremento salarial del 5 por ciento y abonar los días festivos trabajados. El convenio del metal también está bastante estancado y la reivindicación principal es que no haya agravios comparativos sobre el cobro de antigüedades teniendo la misma categoría sólo por haber sido contratados un año u otro. Este convenio está pendiente de una sentencia del Tribunal Supremo ya que USO recurrió lo negociado por UGT y CC OO al considerar que contenía «agravios comparativos».

Uno de los puntos centrales de la intervención de los dos sindicalistas fue la «discriminación» de USO frente a otros sindicatos, a pesar de contar en Eivissa «con una representatividad del 15 por ciento del total y presencia en las negociaciones del 60% de los convenios colectivos». Los dos secretarios de acción sindical coinciden en que es injusto que sólo UGT y CC OO puedan instar a las empresas que carecen de representatividad sindical a poner en marcha unas elecciones sindicales. Esta situación ha provocado, a juicio del sindicato, «que al 50% de las empresas no llega la democracia sindical». Díaz remarcó que Balears es la única comunidad en la que un sindicato está vetado a sugerir elecciones sindicales.