Pilar Costa se mostraba ayer autocrítica tras la derrota que ha dejado al Pacte fuera de gobierno en el Consell d'Eivissa i Formentera los próximos cuatro años de legislatura y reconoció que fue una sorpresa. «Hay que ser autocrítico y mirar dentro de casa antes de ir a buscar elementos externos que hayan podido influido en este resultado, que no se esperaba. Pensé que los resultados eran ajustados como en 1999», dijo. En su opinión, este fracaso en las urnas no se debe a un sólo factor, sino se trata de un cúmulo de diferentes cosas, como la crisis del primer año de gobierno con la salida de Els Verds, «que no ha ayudado mucho» y, además, «la movilización de la derecha ha sido más grande que nunca y no hemos sido capaces de movilizar a nuestra gente y a los abstencionistas». También se refirió al «mensaje apocalíptico de crisis económica y turística que no comparto, pero pudo haber cala do».

Costa reconoció que «algunas decisiones tomadas por el Pacte no han sido aceptadas por la sociedad y ahí está en los resultados». En su opinión, uno de los elementos que ha influido puede ser la protección del territorio pero recordó que en 1999 «no se engañó a nadie: nuestras propuestas iban encaminadas a eso». Costa, sin embargo, añadió que Eivissa «es una sociedad conservadora, donde el voto urbano es más progresista». A un año de las elecciones nacionales, Pilar Costa no se ha planteado volver a aspirar al Senado: «Ahora nos tenemos que reunir los partidos del Pacte para ver cómo se encaran estos cuatro años de oposición y ver qué se va a hacer en el futuro».

No cree que esta derrota pueda ser una causa de ruptura para el Pacte: «No hay motivos para pensar que el Pacte pueda seguir como un proyecto unitario. No es positivo que se fragmente el voto de los partidos pequeños».