La Conselleria de Medi Ambient dio a conocer ayer el borrador del
decreto para la creación de una red de chatarrerías en las que se
puedan depositar residuos que no son objeto de recogida
domiciliaria, iniciativa que prevé 43 centros financiados y
gestionados por las administraciones públicas.
Según informó el departamento autonómico que dirige Margalida
Rosselló, el propósito de esta futura normativa es regular unas
condiciones comunes para todas las chatarrerías y establecer una
estructura que complemente el sistema de recogida selectiva de
residuos. El anteproyecto define estas instalaciones como
equipamientos acondicionados, vigilados y abiertos al público para
el depósito voluntario y almacenamiento selectivo de residuos que
no son objeto de recogida domiciliara. Las chatarrerías recogerán
materiales como objetos de metal, muebles y otros elementos de
madera y cristales voluminosos. El proyecto de decreto plantea que
la red se organizará en un plazo de seis años y estará integrada
por 1 chatarrería en Formentera, 4 tanto en Menorca como en Eivissa
y 34 en Mallorca, lo que representará un coste de 16,23 millones de
euros. La Conselleria de Medi Ambient prevé que el Govern balear
financie la construcción de las instalaciones, la recogida, el
transporte y la gestión de los residuos especiales, mientras que
las instituciones locales (consells insulars, ayuntamientos o
consorcios) se harían cargo de la gestión de las instalaciones y de
la recogida, el transporte y la gestión de los recursos no
especiales.
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