Casi tres semanas después de que fuera inaugurado oficialmente el
dique de Botafoc el crucero «Albatros» arrivó ayer al puerto de
Eivissa para convertirse en el primero de la historia en quedar
amarrado en la controvertida estructura.
Llegó de madrugada y zarpó de nuevo pasado el mediodía, sobre
las 13 horas. Se trata de un viejo conocido de las Pitiüses, que
llegó desde Barcelona y tenía como siguiente destino Gibraltar.
Tiene una eslora de 185,4 metros y en su estancia es asistido por
Umafisa Lines.
Se cumple así un viejo sueño de la mayor consignataria de buques
de este tipo que hay en Eivissa: la posibilidad de acoger, gracias
a las dimensiones del espigón (más de 500 metros y unos veinte de
calado), a grandes cruceros que hasta ahora tenían que pasar de
largo debido a la imposibilidad de atracar en un muelle y por los
inconvenientes que representaba el tener que quedar fondeados en la
bocana del puerto, desde donde los pasajeros, de alto poder
adquisitivo, tenían que ser desplazados hasta la ciudad en lanchas.
Con la construcción del dique, eso pasó a la historia.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.