José Manuel Pego, creador de la marca Zarabanda y uno de los pocos diseñadores que confecciona modelos para niños, vive estos días en un ajetreo constante. Falta menos de un mes para que se celebre la Pasarela Adlib 2003, un evento en el que él todavía se mueve con cautela porque hace tan sólo un año que participa en pasarelas. «Hasta entonces siempre había ido por libre, porque entrar en la dinámica de los desfiles supone un riesgo y mucho más trabajo, pero ha resultado ser una buena experiencia, siempre ganas en relevancia y también en satisfacción personal porque ves que al público le gusta tu trabajo», confiesa.

Pero este onubense que cambió el sur de España por las Balears hace ya 23 años, tiene mucho que contar al margen de la moda Adlib, estilo con el que se estrenó en el año 1996 de la mano de uno de los modistos más veteranos de la isla, y gran amigo suyo, Luis Ferrer. Antes de eso abandonó su ciudad natal para marcharse a Barcelona, donde durante siete años trabajó en la alta costura, un tipo de confección muy alejado del trabajo que realizaría más adelante. «Llegué a Eivissa con María M., que era una marca puntera y hacía ropa muy disco, trabajé con ella un año y después empecé por mi cuenta», relata.

Descubrió el filón de la moda infantil al mismo tiempo que incluyó en su colección los conceptos de libertad y frescura ligados a la moda Adlib. Con naturalidad asegura que empezó a diseñar ropa de niños «por comodidad», porque la tienda era demasiado pequeña para tener un probador «y ellos no tienen que esconderse». En esa época la tienda Sansara presentaba una oferta similar, y aunque con el tiempo muchos se han subido al mismo tren, José Manuel cree que la mayoría abandonan «por lo ingrato que es trabajar con tantas tallas». Ese mismo obstáculo se convierte también en una ventaja ya que las tiendas necesitan solicitar nuevas tallas con más frecuencia; pero el creador de Zarabanda no pretende erigirse como descubridor, «no he inventado nada, lo he reinventado», dice.

Respecto a la moda Adlib afirma que «fue un boom en su momento, pero no lo encaminaron bien y los propios diseñadores acabaron mirando mal lo que habían hecho antes». En opinión de Pego en la actualidad falta organización y un cierto sentido de unidad. «Cada uno va al desfile con su marca e intenta sobresalir, y no comprendemos que representamos a Adlib, que trabajamos para esa marca», dice. Se atreve incluso a afirmar que «decir Adlib es como decir Chanel» y que si la etiqueta ibicenca no ha llegado a tanto es «porque los trabajadores no hemos sabido unirnos y solucionar el obstáculo que supone la falta de mano de obra».
S.Y.