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Francisco Romero, presidente de la Asociación de Vehículos de Alquiler de Eivissa y Formentera, Aeva, considera que la buena o mala marcha de la Semana Santa de este año, clave para animar a un sector un tanto alicaído, depende «de que haga buen tiempo y de que abran los hoteles». Las empresas «han recibido llamadas de gente de Barcelona, entre otros lugares, para interesarse por alquilar un coche; pero sólo vendrán si hace buen tiempo. Si hace frío se irán a esquiar». La gente «está deseosa de sol y es lo que necesitamos», remarcó.

El hecho de que la Semana Santa sea a finales de abril «es una ventaja porque contribuye a que muchos hoteles abran sus puertas de forma continua hasta el verano», dice Romero. La compra de coches para destinarlos a alquiler se ha ralentizado e incluso paralizado. Muchas compañías no han adquirido nuevos sino que han reservado los coches del año pasado para este año. «Han sido pocas las flotas que se vendieron a finales del año pasado y por eso también han sido menores las compras». Este bajón lo han notado los concesionarios de coches de Eivissa, que a estas alturas del año ya tenían centenares de encargos de estas empresas.

«Lo de mantener los mismos coches se debe a que la gente ha sido previsora ante la posibilidad de que éste fuera un año un poco más flojo », explicó Romero. Otro de los factores determinantes para tener un buen arranque de temporada es que «la guerra se termine cuanto antes». Reconocen que el clima bélico e inestable no es nada beneficioso. Romero considera que los turistas que más van a fallar son los alemanes, mientras que es posible que el resto de mercados, sobre todo el italiano, «aumente bastante». Las nacionalidades «están cambiando», afirma Romero, que cree que los alemanes no vendrán por su crisis interna y porque no les sale rentable el cambio del euro.