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El Club Nàutic Sant Antoni acaba de cumplir tres décadas. Para celebrarlo directiva y socios han preparado una completa agenda de actos que comenzará mañana viernes con la presentación de la página web de la institución. La botadura de esta entidad, que con los años se ha convertido en uno de los puntos de referencia dentro del ámbito deportivo de Sant Antoni de Portmany, comenzó el 31 de marzo de 1973. Desde entonces hasta ahora el Club Nàutic Sant Antoni ha crecido y evolucionado a la par que su entorno y ha practicado una única filosofía: el fomento de los deportes náuticos y el consecuente acercamiento de la población al mar. «Somos una entidad social sin ánimo de lucro y desde el principio hemos fomentado la organización de actividades náuticas para los más jóvenes», resumió Pep Marí Ribas, Berri, socio fundador, componente de todas las directivas a lo largo de la tres décadas y actual vicepresidente.

Al principio, entre el 73 y el 75, se construyeron dos pantalanes con una capacidad para 80 embarcaciones. «En aquellos tiempos nuestra sede era una caseta de obra en la que había una máquina de escribir y poco más», recuerda Pep Berry, que explicó que parte del archivo documental y fotográfico del club se perdió debido a la entrada de agua en su interior. «En 1983 se llevó a cabo la concesión administrativa de los amarres de los pantalanes por 20 años y se construyeron dos nuevos amarres», explicó Juan Roselló, que señaló que desde el 90 hasta el 98 se llevaron a cabo distintas fases de ampliación hasta completar la dotación actual de 7 con 404 amarres en verano y 325 en invierno.

«La historia del Club comenzó el 31 de marzo de 1973. Después de varios intentos y reuniones fallidas, un buen puñado de propietarios de llaüts de Sant Antoni nos reunimos para sacar adelante la creación de unos pantalanes», resumió Berri, a quien el actual gerente de la entidad, Juan Roselló, acompaña en la entrevista conUltima Hora Ibiza y Formentera. «El Club comenzó a funcionar con 157 socios fundadores», puntualizó Roselló. «Y el número de socio se concedió mediante sorteo», añadió el vicepresidente, que explicó que cada componente abonó en aquel entonces 1.000 pesetas de cuota anual además de aportaciones de distinta cuantía, capital inicial con el que se puso en marcha la construcción de los amarres y las autorizaciones por 4 años.

El edificio de la sede actual de este colectivo se inauguró en el 91. «Desde que tenemos la sede social las actividades se han diversificado y hemos podido realizar, además de cursos deportivos y los entrenamientos para las competiciones, iniciativas tan importantes como la Setmana del Mar que este año cumple su octava edición», señaló Pep Berri destacando la importancia de la educación ambiental dentro de los objetivos y filosofía de esta entidad que actualmente congrega a 607 socios. La atracción de turismo náutico de calidad a Sant Antoni, la renovación de los pantalanes y la promoción de su cantera de deportistas son algunos de los proyectos de esta entidad cuyo futuro depende de la renovación de concesiones por parte de la Conselleria de Medi Ambient a finales de año.
E. Estévez