Más de cien personas se manifestaron ayer frente a la nueva oficina
de la Conselleria de Medi Ambient, dependiente del Govern balear,
situada en el número 6 de la calle Madrid por la decisión de
recortar las concesiones de hamacas en las playas del parque
natural de ses Salines.
Los afectados esperaron la llegada de la consellera balear
Margalida Rosselló en la puerta de la nueva sede de la Conselleria,
inaugurada ayer mismo, para lanzarle una sonora pitada. Cuatro de
los afectados por el recorte de las concesiones le entregaron un
escrito firmado por 29 personas en el que reclaman que se mantenga
el mismo número de hamacas como hasta ahora. La consellera y el
director general de Biodiversidad, José Manuel Gómez, se encerró
con ellos en un cuarto de la nueva sede durante 20 minutos para
tratar brevemente el asunto.
Parte del grueso de los manifestantes entraron con una de las
pancartas en el interior de la nueva sede con agentes de la Policía
Nacional al frente para evitar cualquier altercado. Cuando la
consellera inició el parlamento de inauguración de la sede (en el
que hizo mención de los invitados y de los no invitados al acto),
los manifestantes abandonaron la sede.
Rosselló se comprometió a estudiar las demandas de los
concesionarios de hamacas y a reunirse con ellos en un plazo de
diez días. «Acordamos la reducción de las concesiones en base a los
informes técnicos y con el fin de proteger la zona. Ahora, una vez
oída esta reclamación, lo analizaremos y en un plazo de diez días
volveremos a reunirnos», indicó la titular de Medio Ambiente.
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