La delegada en Eivissa del Colegio Oficial de Veterinarios, Mar Félix, confirmó ayer que las clínicas de Eivissa han detectado varios casos de moquillo, una enfermedad que ha trascendido porque se han detectado varios caso en la perrera, que se ha cerrado varios días como medida preventiva. «Es una enfermedad muy contagiosa y, si ha habido casos en la perrera, es normal que se presenten casos fuera de ella aunque no ha sido algo exagerado», señaló la veterinaria, que insistió en que hay una vacuna que evita que se manifieste y que, sin embargo, una vez que se presenta la enfermedad es prácticamente imposible tratarla con éxito. En el caso de que se cure al animal, hay muchas posibilidades de que le queden secuelas irreversibles.

«Si se llega a tiempo de vacunar a los cachorritos, la enfermedad no se extenderá», advirtió Mar Félix, que recordó que la vacuna contra el moquillo es una de las que se deben ponen por rutina a todos los animales. El moquillo es un virus que se transmite por vía respiratoria aunque se ven pocos casos porque cada vez hay más población vacunada. Suelen ser perros adultos que padecen ésta enfermedad de forma no tan aguda y a veces asintomática, lo que hacen que el virus perdure en la comunidad.

Los brotes de esta enfermedad son periódicos en la isla, aunque el virus que la provoca vive más y se conserva mejor en lugares fríos que en cálidos, según la veterinaria. La enfermedad del moquillo sólo se manifiesta en los perros. Una vez que se desarrolla, el índice mortalidad es del 50 al 90 por ciento de los casos, dependiendo de la cepa del virus. Sólo la rabia tiene un índice peor de mortalidad. Además, de un 25 a un 75 por ciento de los perros de un lugar se contagian ante la presencia del virus si no están vacunados. Una de las pocas «ventajas» de este virus es que es relativamente fácil de eliminar. Si a una persona se le muriese un perro de moquillo bastaría con limpiar a fondo con un desinfectante como la lejía para poder llevar a la casa otro cachorro.