Teresa Martorell, presidenta de la junta provincial de Balears de la Asociación Española Contra el Cáncer, reconoce que las mujeres «son más voluntariosas que los hombres»; según ella, tal vez se deba a que «cuidar de los demás es una competencia que normalmente hemos asumido nosotras». Pero en los últimos años parece que las cosas están cambiando. En el curso general de voluntariado que estos días imparte la Asociación Española Contra el Cáncer, aunque la mayoría de las sillas las ocupan mujeres, también hay varios hombres entre ellas.

La presidenta Teresa Martorell, la psicóloga Teresa Fluxá, la enfermera Patricia Cruz y una voluntaria del hospital de Can Misses, son las responsables de transmitir a este grupo de personas qué significa ser voluntario, así como de enseñarles diversos conocimientos específicos. Teresa Martorell también apuntó que es probable que no todos los voluntarios potenciales consigan superar el curso. «En la primera fase se les explican cuáles son los objetivos de la asociación, qué actividades realiza, qué es el cáncer y cómo es el trabajo real, de lo que se encarga, por ejemplo, la enfermera; la segunda fase es la formación específica,», explica Martorell. Antes de llegar a ser voluntarios oficiales, todas las personas deberán pasar además una entrevista personal con la psicóloga.

Belén es una de las voluntarias que participa en este curso. Está muy ilusionada porque hacía mucho tiempo que quería «hacer algo así» y por fin se ha decidido. «Otra de las razones por las que lo hago es porque un familiar mío murió de cáncer», comenta. Belén y el resto de sus compañeros tendrá que decidir si quiere ser voluntaria de tipo asistencial o no asistencial. «El asistencial es el que se ocupa de los enfermos y sus familiares y el no asistencial el que se ocupa de labores administrativas o de la obtención de recursos», afirma la presidenta. Actualmente el hospital de Can Misses cuenta con 14 voluntarios, todos ellos personas que sienten «el deseo de ayudar» y que se han comprometido a colaborar con la asociación, al menos un mínimo de dos horas a la semana. De entre todos los que se han presentado a este último curso, la Asociación Española Contra el Cáncer espera poder doblar el número de voluntarios.
S.Y.