Con 4 millones de pesetas de las de 1959, Francisco Utrilla Sánchez
Cañete (Alcalá de la Real; 1924) levantó junto a su socio Rodolfo
Jimeno la plaza de toros, que se inauguró en 1961. Ahora, 42 años
después, el Ayuntamiento de Eivissa ha puesto en marcha todo el
proceso para echar abajo el edificio e instalar en su lugar un
parque público.
Utrilla acordó en 1986 con una constructora ibicenca la cesión
del solar para la construcción de un mercado y viviendas a cambio
de un 30 por ciento de la obra. El proyecto, sin embargo, se torció
y el responsable de la constructora huyó de la isla dejando en la
estacada a medio centenar de personas que habían invertido
aproximadamente cinco millones de pesetas de hace 16 años en la
compra de un puesto de venta. Ahora todos ellos son los
propietarios de la plaza. Utrilla, con un 34%, y Sa Nostra, con un
28%, son los propietarios mayoritarios.
El ex empresario taurino aún se siente culpable de lo que
sucedió, pese a que él no tenía nada que ver con la constructora ni
se imaginaba como podía acabar el negocio. «Engañaron a 55 personas
porque yo firmé el documento. Aunque jurídicamente estoy libre de
toda culpa, moralmente me siento mal», asume.
Desde entonces la plaza de toros ha sido un foco de problemas
sociales, con okupas y un trasiego constante de toxicómanos. El
Pacte es quien ha iniciado los trámites para echar abajo la plaza,
pero el PP también incluía en su programa electoral demoler el
edificio e instalar un parque en el solar, algo que Utrilla no
entiende dado que la plaza de toros está rodeada (salvo la calle
Pere Francès) de un descampado y, además, la zona dispone de
700.000 metros cuadrados (ses Feixes) de espacio natural. «El
Ayuntamiento aprovecha los terrenos de los propietarios
particulares, pero los suyos no. Para que la gente acuda a este
parque tendrán que llevarlos en autobús. ¿Por qué no hacen una
plaza en el solar de Artes y Oficios, en mitad de una densa zona
urbana? Allí si que tienen razones de peso para hacerla», mantiene
Utrilla.
Sea lo que sea, el Pacte ya ha activado el proceso de
expropiación. Los propietarios están recibiendo estos días la
notificación de la puesta en marcha del expediente de expropiación,
con una oferta de 313 millones de pesetas. «Pretenden dar un millón
(de pesetas) a cada propietario, cuando ellos pagaron como mínimo
cinco hace 16 años. Además tenemos una oferta de 450 millones de
una promotora», lamenta Utrilla, que asegura que, en representación
del 80 por ciento de la propiedad, recurrirá hasta la última
instancia la expropiación. «Si hay que hacer una manifestación se
hará», exclama. Hay un grupo de seis o siete propietarios, dice,
que están buscando un buen abogado en Madrid para llevar el asunto.
En la búsqueda de culpables, el ex empresario taurino señala que el
primero es el Ayuntamiento, que ocho o nueve años después de la
inauguración «se cargó» la plaza al subir el nivel del suelo 50
centímetros. «Meaba un pájaro y eso se inundaba» recuerda ahora con
un toque de ironía. «Tuvimos que suspender un montón de funciones,
pagando hoteles a los artistas por las inundaciones que se
producían. Para arreglarlo había que echarlo todo abajo». Su nombre
figura en el segundo lugar de la lista de culpables por firmar en
1986 el maldito acuerdo con la ruinosa constructora y tampoco
olvida a Sa Nostra, que fue quien concedió un crédito de 170
millones a la constructora («la misma que antes hizo el mercado de
Santa Eulària con un préstamo del mismo banco y no pudo pagarlo»,
recuerda).
Utrilla insiste en que el Ayuntamiento cometerá «un pecado
mortal» si derriba la plaza de toros y, añade, «todos seremos
culpables». «Este edificio es una de las cosas bonitas que quedan
en Eivissa», dice. Advierte, además, que el Consistorio va a
necesitar este edificio. «Lo está necesitando ya», corrige. Las
dependencias de la calle Castilla son tercermundistas. El edificio
del Ayuntamiento es ideal para realizar recepciones oficiales, o
todo lo que no sea de atención al público porque el edificio está
en el último número, de la última calle de la ciudad y, además, en
un acantilado», subraya. Por ello, piensa que la plaza de toros se
podría reconvertir en dependencias municipales.
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