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La maquinaria de la nueva línea de sacrificio de aves del matadero reventó el primer día que se puso en marcha. Eso sucedió el miércoles, nueve días después de la inauguración oficial de las instalaciones en la que estuvo la presidenta del Consell, Pilar Costa.

Cuando los operarios ya habían sacrificado un millar de animales, el proceso se obstruyó por la avería de la bomba de agua y dos motores de la zona de desplumaje, entre otras anomalías. Los últimos pollos se tuvieron que sacrificar a mano. Aparte de las averías, los trabajadores detectaron en el primer día de funcionamiento del servicio múltiples deficiencias de las instalaciones.

La avería más grave es la de la bomba de la depuradora, que sirve para separar las plumas del agua. Esta bomba, que ayer mismo se extrajo con una grúa para su reparación, se encuentra en un habitáculo cerrado, que por filtración se inundó dejando inservible el motor de impulsión. Los trabajadores tampoco han podido limpiar las instalaciones con agua después del controvertido primer día de faena por culpa de la avería.Por su parte, los dos motores de la máquina de desplumaje también se fundieron cuando apenas llevaban unas horas en marcha.

El presidente de la mancomunidad que gestiona el matadero, Vicent Torres, asegura, además, que el compresor de aire no tiene suficiente presión para, por una parte, limpiar la sangre de la zona donde se decapitan a los animales y, por otro, expulsar las vísceras. La falta de presión del compresor atascó el miércoles la zona de desviscerado, lo que obligó a los trabajadores a quitar laboriosamente con la mano todas las vísceras atrancadas en el interior de la máquina de expulsión.

El presidente de la mancomunidad también lamenta la falta de previsión. El techo de la sala donde está la máquina de desplumaje quedó impregnado de plumas. «Debería haberse instalado una especie de tapa para evitar que las plumas salgan disparadas hacia el techo», explica.

La separación de las rejillas del suelo, así como su movilidad, supone un peligro para los trabajadores. De la misma manera, otra de las deficiencias es que las instalaciones quedan anegadas por la falta de un sumidero por donde pueda salir el agua. Torres, sin embargo, confía en que el miércoles esté casi todo subsanado para que se pueda sacrificar la segunda remesa de pollos.