Al agua estancada de s'Estany Pudent, se atribuían las fiebres terciarias que las familias de las inmediaciones sufrían constantemente. Por eso, a mitades del siglo XIX, el obispo de Eivissa y Formentera, Basilio Antonio Carrasco, ordenó que se abriese una comunicación con el mar, denominada sa Sèquia, una obra que pagó en gran parte de su propio bolsillo ya que se trataba de una época de penurias para la mayoría de la población formenterense. Sin embargo, las mejoras realizadas con fines higiénico sanitarios, a la par que para poder pescar en s'Estany Pudent, no fueron finalmente para el bien general de la isla, como quería el obispo Carrasco, sino que sólo fueron para las conveniencias de la sociedad Wallis y Compañía que compró el estanque en 1867.
Sa Sèquia y es Viver, dos obras inusuales en s'Estany Pudent
Ambas construcciones datan de la segunda mitad del siglo XIX y su finalidad era muy distinta
05/02/03 0:00
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