TW
0

De nada les serviría ayer a los responsables de captar imágenes para la campaña de Fomento del Turismo o las consellerias y concejalías de Turismo de los distintos ayuntamientos de la isla haber salido ayer a fotografiar o grabar imágenes de bucólicos amaneceres con un sol radiante de frente y una luminosidad pasmosa de la rebautizada en múltiples ocasiones como la isla blanca.

En lugar de encontrarse con el sol y la playa, se habrían topado de morros a primera hora de la mañana con unos exteriores totalmente contrarios a lo que desde siempre se vendido de la isla. En su lugar habrían fotografiado paisajes fríos, cubiertos de un manto blanco formado por ligeros y simpáticos copos de nieve que fueron recibidos con los brazos y bocas abiertas de todos los ibicencos, lo ideal para una campaña contraria al producto turístico de la isla.

Platja d'en Bossa ofrecía una estampa bucólica y muy navideña donde un manto blanco cubría la zona a la que se acercó más de un aficionado a la fotografía para inmortalizar el momento.
El grito de ¡Está nevando! alzó ayer de la cama sin rechistar y sin esfuerzo a una amplia legión de escolares que, acudieron con una alegría desbordante a clase en un viernes atípico de este invierno tardío que se ha reservado el frío en pequeñas y especiales dosis como la de ayer.

Los meteorólogos y las gentes de bien recordaban la última nevada similar en 1996 que nada tuvo que ver con la de 1985, la más abundante y añorada por todos los habitantes de la isla, que vieron cómo la vida de los copos de nieve apenas duró unos puñados de minutos, los justos para que los más avispados se hiciesen con las cámaras fotográficas y de vídeo para inmortalizar el blanco menos Adlib de Eivissa y mostrarlo cuando los termómetros veraniegos estén al borde del colapso.
A pesar de la bajada de las temperaturas la aparición de la lluvia helada hizo que la mayoría de los conductores simpatizasen con su caída dejando su habitual impaciencia en los atascos y tiempos de espera de los semáforos en rojo, por una deliciosa sonrisa provocada por los sinuosos y silenciosos copos de nieve que ayer se posaron por miles de parabrisas, cabezas y paraguas.

E.E.