El cielo de ses Variades se convirtió un año más (y ya van 10) en
un mosaico de color con montones de cometas sujetas en el aire a
merced de las ráfagas de viento. El Festival Posa un estel al cel,
organizado por el colegio Guillem de Montgrí, batió un récord de
inscripción en su décimo aniversario con un total de 357
participantes, que llegaron a mantener al unísono en el aire hasta
160 cometas.
El objetivo era mantener el vuelo un mínimo de quince minutos,
lo que la organización premió con una camiseta conmemorativa del
festival. Hubo cometas de todos los colores, tamaños y formas, la
mayoría hechas a mano en las aulas del colegio o en el taller de
construcción instalado en el mismo campo de vuelo de ses Variades.
También se exhibieron auténticas máquinas de volar capaces de
dibujar en el cielo las figuras más inverosímiles.
El momento más atractivo de la mañana fue cuando el viento pasó
de fuerza 2 a 3 (el pelo ya se mueve, para que se entienda) lo que
permitió que Pedro González, un profesional de las cometas llegado
desde Valencia, suspendió sobre el aire una cometa hinchable
gigante en forma de sol de 10 metros de longitud.
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