La consellera de Benestar Social, Sofía Hernanz, considera que la idea de la bolsa de viviendas compartidas «no tiene sentido en las Pitiüses», y apuesta por «extender a todos los ayuntamientos» el proyecto promovido por el Consistorio de Eivissa de crear una bolsa de viviendas de alquiler especial para atender las necesidades de los colectivos más desfavorecidos y de los inmigrantes, que incluiría un sistema de mediación y seguimiento y que garantizaría al propietario el cobro puntual del alquiler. Hernanz estima que ese sistema es más «lógico y adaptado a las necesidades de Eivissa».

El proyecto de creación de la bolsa de viviendas compartidas fue adoptado por unanimidad en un pleno del Consell celebrado en octubre. Poco después se celebró una reunión de la comisión creada a tal efecto (a la que no acudió quien propuso la idea, el conseller del grupo mixto, Joan Buades, por hallarse de vacaciones, ni ningún representante de Els Verds) en la que se acordó solicitar una serie de informes y estudios a diversas instituciones públicas y privadas: «Todavía se están recibiendo y se deben analizar detenidamente», dijo ayer la consellera.

De las consultas establecidas con aquellas corporaciones que ya han tenido experiencias similares, como la catalana y la granadina, Hernanz ha llegado a la conclusión de que en Eivissa hay que buscar otro tipo de alternativas, como la planteada por Vila: «Lo que hacían en esos dos lugares no tenía nada que ver con lo que planteó Buades en su moción. Allí se pone en contacto a personas mayores con estudiantes que se desplazan desde otras provincias y buscan alojamiento. En Eivissa no tenemos ese potencial de estudiantes deplazados». Cree más factible, en cambio, facilitar el acceso a la vivienda a los inmigrantes, que hacen frente a alquileres prohibitivos y, en ocasiones, a actitudes racistas.