El director general de Treball, Fernando Galán, ha asegurado que 2003 va a ser el año en el que el Ministerio de Trabajo va a abrir en Eivissa la Inspección Laboral fija. El Govern balear cuenta con el compromiso de Madrid desde septiembre del año 2000, pero la Administración central está demostrando ser «muy lenta» para cubrir vacantes. Convencer a Madrid de la necesidad de una Inspección Laboral fija en Eivissa «ha costado mucho y todavía hay una cierta resistencia».

A pesar de la tardanza, el director general insistió en que, mientras no llega este servicio permanente, «se está cubriendo muy bien la situación de Eivissa porque no solamente hay un inspector prácticamente 120 días al año», e incluso ha habido momentos «en los que no ha habido uno, sino dos inspectores a la vez en las Pitiüses».

El proceso para lograr este servicio en Eivissa se ha visto interrumpido por diversos factores. La convocatoria de plazas de inspectores (en la que estaba incluida la de Eivissa) fue impugnada recientemente. Pero este no es el único problema ya que Eivissa y Menorca «no son plazas muy apetecibles para los inspectores de trabajo». Para unos trabajadores que desempeñan una labor tan delicada «el estar en sitios pequeños y cerrados es un problema», reconoció Galán, porque se les reconoce rápidamente y les es más difícil trabajar.

Además, los trabajadores de este sector tienen pocas posibilidades de acceder a formación en las Islas, porque se produce una situación de aislamiento. Galán considera que es lógico que al personal «normal» funcionario no le resulte atractivo venir a las islas porque con los sueldos de un auxiliar administrativo no es apetecible. «Son sueldos relativamente modestos y no se cobra plus de residencia». La gente viene «pero inmediatamente pide plaza y se marcha a otros sitios», remarcó Fernando Galán.