Para las dos patronales, Caeb y Pimeef, que representan a las empresas que mueven la economía de las islas la lectura del euro tiene dos caras. La buena de la estabilidad y la eliminación de las comisiones de cambio para cientos de miles de turistas y la mala del aumento de los precios por el redondeo y el enorme gasto que para las empresas ha supuesto tener que adaptar sus equipos a la nueva moneda.

El presidente de la Petita i Mitjana Empresa Eivissa i Formentera, Antoni Marqués, cree que la moneda ha unido a 300 millones de personas a través de una misma moneda. Un «hito histórico», a juicio de Marqués, que desea que el euro vaya tomando posiciones para que no sólo el dólar sea la moneda de referencia.

Otra lectura entre positiva y negativa que realiza Marqués es el enorme gasto que para el mundo empresarial que ha supuesto la entrada del euro. «Se han tenido renovar equipos informáticos, básculas, cajas y máquinas recreativas. Esto ha significado «un gasto impresionante» pero, a la vez, la gente «lo ha aprovechado para modernizar todos los equipos».

Entre los puntos negativos destaca «el famoso redondeo» que ha servido, según el representante empresarial para que los precios «hayan subido de una forma terrible». El redondeo «ha sido al alza», remarca, lo que ha sido «nefasto para la inflación y para las nóminas».

Bajo una óptica turística «hay que ser realistas y admitir que hay dudas sobre si el euro ha beneficiado a las Pitiüses o no». El Reino Unido está fuera de la nueva moneda «por lo que interesa una libra fuerte con un buen cambio al euro». Si los británicos perdiesen poder adquisitivo «sería negativo». La ventaja es que los turistas que están dentro de los países del euro no tienen que pasar por el cambio de divisas, «que suponía una pérdida de poder adquisitivo porque los bancos y cajas cobraban comisiones que ahora se ahorran».