Pese a los tejos que el candidato del Partido Popular (PP) a la
alcaldía de Sant Antoni, José Sala Torres, echó hace una semana a
los miembros de Democràcia Pitiusa (DP), el líder de los
centristas, Vicent Marí Prats, descartó ayer cualquier tipo de
pacto previo con esa formación. Para negociar, advirtió, habrá que
esperar a que se conozcan los resultados de los comicios
municipales y autonómicos: «Después de las elecciones -señaló-
estaremos abiertos a negociar con cualquiera».
Marí Prats guarda buen recuerdo de quien fue su primer teniente
de alcalde cuando gobernó Sant Antoni en el primer mandato de la
democracia, cuando formaba parte de la Unión del Centro Democrático
(UCD) de Adolfo Suárez: «Es muy buen abogado, y también es muy
bueno como político si quiere trabajar», dijo ayer Marí con una
pizca de ironía. También considera que será más fácil negociar con
Sala que con el actual alcalde, Antoni Marí Tur, que el año pasado
decidió no volver a presentarse a la reelección: «Marí Tur no se
baja de él, mientras que Sala aún tiene que llegar subirse al
trono», indica el político centrista.
En ese sentido, Vicent Marí Prats alerta a Sala de que no puede
dar por hecho que vaya a conseguir la mayoría absoluta, algo que ve
difícil debido, entre otras razones, a la herencia política que
deja el actual alcalde, con un serio problema de seguridad durante
el verano que ha crispado a buena parte de la ciudadanía, y con la
posibilidad de que el derribo de la mansión de Michel Cretu
hipoteque al Consistorio durante muchos años: «Lo de la mayoría
absoluta no se lo creen ni ellos -dice Marí Prats-, pero tienen que
decirlo».
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