El fuel del 'Prestige' ya se ha cobrado la vida de cuatro virots (pardela balear o Puffinus mauretanicus), un ave acuática en peligro de extinción que durante esta época se extiende por las costas del Atlántico, del Cantábrico y del Golfo de Vizcaya para alimentarse. Desde mediados de noviembre, cuando el petrolero se hundió, hasta ayer, la Sociedad Española de Ornitología (SEO) ha recogido dos cadáveres en la playa de la Carnota (en la ría de Corcubión, cerca del cabo Fisterra, en la provincia de La Coruña), otro en Burela (en Lugo, muy cerca del Principado de Asturias) y un cuarto en el litoral de Pontevedra.

Según explicó ayer a esta redacción un miembro de la SEO que opera en Galicia, tres de las aves fueron encontradas muertas, mientras que una falleció después de que fuera conducida al Centro de Recuperación de Pontevedra. Los responsables de la SEO advierten de que el número de cadáveres hallados podría representar sólo un «10 o un 20 por ciento» del total que han fallecido a consecuencia del vertido que ha dañado seriamente la costa gallega.

Cuando el pasado 27 de noviembre sólo se habían descubierto dos pardelas baleares muertas, Antonio Sandoval, coordinador de SEO en Galicia, ya aseguró en la web de la sociedad (www.seo.org) que se trataba de un descubrimiento «alarmante». Cuatro días antes, los miembros de la SEO detectaron el paso de 50 individuos por hora por la zona afectada por la mancha de petróleo.

Se estima que del virot sólo existen entre 1.750 y 2.125 parejas, alrededor de la mitad de las que fueron censadas en 1991. De proseguir ese fatal ritmo, esas aves desaparecerán en menos de 50 años, según advierten los ornitólogos.