El Ayuntamiento llegó a un acuerdo con los vecinos para hacerse
con la propiedad de todos los puestos y plazas de aparcamiento que
forman parte de este edificio destinado a ser un mercado de
abastos, pero que nunca consiguió el permiso de apertura. Este
proyecto se engloba dentro de las mejoras que el Ayuntamiento está
promoviendo en la ciudad y que, según Tarrés, los ciudadanos «ya
han comenzado a ver y podrán disfrutar el próximo año».
El alcalde consideró que es bueno que la ciudad esté
constantemente en obras porque significa «que avanza y se
moderniza». El derribo del edificio abandonado está pendiente de
que se terminen los expedientes de expropiación de aquellos puestos
cuyos propietarios no han sido localizados o no han estado de
acuerdo con el precio pactado entre el equipo de gobierno y los
afectados.
El pasado mes de septiembre, el Ayuntamiento aprobó, con el
apoyo del PP, una modificación puntual del PGOU para llevar a cabo
la expropiación de esta plaza, que pretende convertir en una zona
verde de 9.000 metros cuadrados. El pleno modificó la calificación
de la parcela, pasando de suelo urbano residencial al equipamiento
público.
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