La mayoría de las personas mayores de 80 años de Eivissa
coincidieron ayer en el recinto ferial como invitados de honor en
una fiesta homenaje que el Consell Insular en colaboración con la
Federación Pitiusa de Asociaciones de Mayores y los clubes que la
integran organizó por todo lo alto como acto de cariño y
reconocimiento hacia el colectivo de ciudadanos más longevos.
El acto, que comenzó con la entrega de diplomas a los
presidentes de todos los clubes de mayores de la isla para repartir
entre los socios mayores de 80 años, contó con la presencia de
numerosas autoridades. La presidenta del Consell, Pilar Costa, el
vicepresidente, Vicent Tur; la consellera de Serveis Socials, Sofía
Hernanz; los consellers populares Pere Palau y Joan Marí Tur; y el
alcalde y primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Eivissa,
Xico Tarrés y Pedro Campillo respectivamente, que se dedicaron a
saludar efusivamente a los invitados a esta macrocomida. La entrega
de placas a las dos personas más mayores de los 15 clubes de
jubilados de la isla fue el aperitivo de la comida.
Pilar Costa, en nombre del Consell, materializó así el
reconocimiento y homenaje hacia los ciudadanos ibicencos más
longevos a los que mostró su respeto y admiración. «Se merecen
disfrutar de todo el tiempo libre para hacer todas aquellas
actividades que no pudieron hacer antes por falta de recursos»,
señaló la presidenta tras decir que gracias a todo su trabajo y
esfuerzos «hoy disfrutamos de una vida mejor con muchas más
oportunidades».
Una ensalada con embutidos de la tierra, cordero al horno con
guarnición y bunyols y flaó formaron parte de un menú delicioso que
hizo que la gran mayoría de los comensales olvidase por unas horas
su régimen alimenticio y sus achaques de salud. «¿Cuándo traerán la
langosta?», bromeaba María Clapés, que acudió a la cita con sus
amigos del Club de Jesús, «el más animado». «Está todo muy bueno»,
señalaron al unísono varios abuelos y abuelas de Sa Cala mientras
los 40 camareros contratados para servir el banquete desfilaban con
el primer plato entre las mesas de doce comensales plantadas en el
recinto ferial.
Joan d'es Puig, de Sant Jordi, fue el comensal de mayor edad
presente en el evento. «Tengo 97 años y para el 9 de febrero
cumpliré los 98», decía orgulloso y un tanto sorprendido por
recibir tantas atenciones a sus años: «Cuando era joven no me
hacían ni caso y, sin embargo, ahora, al final de la vida es cuando
me hacen todas estas cosas», bromeaba este hombre que ha hecho todo
tipo de trabajos a lo largo de su vida y al que le gustaría llegar
al centenario. El truco de su salud es sencillo: «No me preocupo de
nada. Me lo tomo todo con mucha tranquilidad y lo único que hago es
comer, beber y pasear. Es hora de parar porque ya he hecho de
todo».
E.E.
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